
La resistencia al rodamiento (RR) tiene un impacto significativo en la energía que un vehículo necesita para desplazarse. De ahí que exista una relación directa con el consumo de combustible en el caso de los autos de combustión (alrededor del 20%) o la autonomía de las baterías en el caso de los vehículos eléctricos. El diseño de los neumáticos puede ayudar a reducir la RR.
¿Qué es la resistencia al rodamiento?
Lo primero que debemos hacer es entender la idea de la resistencia al rodamiento de los neumáticos. Como su nombre indica, la resistencia al rodamiento se refiere a la resistencia que experimenta el neumático del auto al rodar sobre una superficie. Las principales causas de esta resistencia son la deformación de los neumáticos, y la fricción con el suelo.
Cuanto mayor es la resistencia al rodamiento, más energía se necesita para superarla. Por lo tanto, se da un impacto considerable de la resistencia al rodamiento de los neumáticos en el consumo de combustible (y en la duración de los mismos). Un aumento del 30 % en la resistencia al rodamiento genera un 3-5 % de aumento de consumo de combustible.
Hay varios elementos que influyen en la resistencia al rodamiento: la presión de los neumáticos, el dibujo o la escultura, el diámetro, el ancho o los materiales utilizados en los mismos o su construcción. En lo que respecta a la presión de los neumáticos, por ejemplo, los estudios realizados (1) han demostrado que más del 50 % de los vehículos circula al menos 4.3 libras bares por debajo de la presión requerida. El resultado es un aumento considerable de la resistencia al rodamiento: +6 % para un subinflado de 4.3 libras y +30 % para un subinflado de 14.5 libras.

Los neumáticos también son una cuestión de adherencia
Los neumáticos también son una cuestión de adherencia.
Sin embargo, la resistencia de los mismos es necesaria. Una parte de la resistencia al rodamiento provocada por la fricción entre la superficie de la ruta y el neumático da lugar a la tracción, y el agarre es esencial para la seguridad. La tracción es la fuerza necesaria para generar movimiento, lo que hace que el neumático ruede sobre una superficie en lugar de rotar sobre un punto.
Por consiguiente, se necesita resistencia al rodamiento, pero sin la pérdida de energía por calor que genera. ¿Se puede tener al mismo tiempo una baja resistencia al rodamiento y una buena adherencia en el mismo neumático?
¡Aquí llegan los neumáticos de baja resistencia al rodamiento!
Los neumáticos de baja resistencia al rodamiento (o LRR) están diseñados para reducir la disipación de energía y, por tanto, ahorrar combustible. Esto se consigue mediante innovaciones aplicadas a todos los aspectos de los neumáticos:
- Construcción del neumático, forma y dibujo de la banda de rodamiento: la arquitectura del mismo mediante la geometría y la naturaleza de las capas internas y el diseño de la banda de rodamiento inciden enormemente en el alcance de las deformaciones sufridas por el neumático y, por tanto, en la resistencia al rodamiento.
- El peso del neumático: para una misma deformación, cuanto más grande es un objeto, más se calienta.
- La optimización de las mezclas de goma y los distintos componentes del neumático: una gran fuente de progreso, al reducir la energía absorbida por la misma.
¿Cómo inciden en el consumo de combustible los neumáticos de baja resistencia al rodamiento?
"El consumo de combustible de un neumático representa uno de cada cinco tanques de combustión llenos", explica Cyrille Roget, director de Comunicación de Ciencia e Innovación de Michelin. "Este factor está relacionado con la resistencia al rodamiento de los neumáticos. Y es importante, si pensamos en la cantidad de combustible del tanque de combustión. Así que el neumático adecuado puede ayudarte a ahorrar dinero."
¿Los neumáticos de baja resistencia al rodamiento merecen la pena?
No solo tu bolsillo se beneficiará de las mejoras en la eficiencia del combustible que introducen los neumáticos de baja resistencia al rodamiento. También son un paso hacia una conducción más ecológica. En un motor de combustión, al reducir el consumo de combustible, también se reduce el uso de combustibles fósiles y las emisiones de CO₂. Y en un motor eléctrico, una mayor autonomía significa una menor demanda de la red eléctrica, que en Europa obtiene el 40 % de la energía de centrales que queman combustibles fósiles.
Menciones legales
Créditos
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Michelin- ATALANTE - David CHAMBRIARD
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